Un Nuevo Contrato Social

"La base de nuestros sistemas políticos es el derecho del pueblo a hacer y modificar sus constituciones de Gobierno" - George Washington

España se encuentra en un triste estado de degradación con más problemas de los que sabemos. Nuestra casa se está hundiendo, hay grietas en nuestras paredes y nuestro sótano se está inundando todo debido a los cimientos deficientes a partir de los cuales hemos construido esta estructura. La fundación, nuestra constitución actual, pudo haber mantenido esta estructura en pie durante más de 40 años desde el final de la dictadura, pero nunca fue diseñada para durar por siempre.

Una constitución no pretende ser un documento sagrado enviado desde los cielos que es perfecto e inmutable, no, una constitución es un contrato social entre un pueblo soberano que ha decidido establecer una estructura que sea mutuamente beneficiosa para todos; una constitución debe ser un contrato flexible y no estático, necesita ser capaz de cambiar con las necesidades del tiempo.

La constitución actual apenas puede considerarse un verdadero contrato social cuando ha sido impuesta sin alternativas reales. Los defensores de la constitución proclaman que fue aprobada en referéndum por la gran mayoría de los españoles y sí, eso es cierto, sin embargo, teníamos un contrato diseñado por una élite - hecho principalmente por los herederos del régimen franquista - sin ninguna capacidad para que el pueblo hiciera entradas reales y cambios a este contrato.

Al pueblo solo se le permitió aprobar o desaprobar la constitución que ofrecía esta elite, y para muchos, desaprobar la constitución significó una prolongación o incluso una aprobación de la dictadura que la mayoría ya no quería. Independientemente de si la gente realmente estuvo de acuerdo o no con el diseño de la misma, la mayoría entendió que la única opción real que tenían para poner fin a la dictadura, era aprobar la constitución ofrecida y con suerte cambiarla con el tiempo; sin embargo, aquí estamos 45 años después y solo se ha modificado en dos ocasiones, en 1992 porque era un requisito para la adhesión a la Unión Europea, y más tarde en el 2011 para obtener financiación de la misma tras la recesión.

Doce años después y la única modificación en cuestión, es la reforma del artículo 49 para actualizar el lenguaje para que sea políticamente más aceptable para las personas con discapacidades.

Nuestra constitución está llena de defectos, nos ofrece un estado pobre de democracia, un estado que, Aristóteles llamaría una oligarquía electa. El ciudadano promedio no tiene voz real en las leyes y asuntos del estado que lo gobierna, no importa a quién voten, la élite política protege sus propios intereses antes que los intereses del pueblo.

Esta constitución ha creado un sistema que tiene una mala separación de poderes de la que hasta nuestro propio presidente presume cuando pregunta: “La Fiscalía de quién depende? pues ya está”, una demostración de la falta de separación de poderes entre la justicia y el ejecutivo.

Vivimos en un estado donde los políticos deciden quién se convierte en juez, las reglas y el castigo por romper esas reglas; es como darle la llave del gallinero a un lobo.

Esta constitución creó un sistema con un bajo nivel de meritocracia que permite una alta politización de nuestras instituciones públicas. Nuestro Presidente y su gobierno pueden elegir quién obtiene los principales puestos públicos. La mayoría de estos puestos públicos carecen de exámenes o experiencia en el campo como requisito. ¿Cómo podemos esperar que nuestras instituciones públicas funcionen correctamente si están dirigidas por personas que no tienen las habilidades o la experiencia para hacer bien el trabajo? No olvidemos al filósofo Illa como Ministro de Sanidad durante la pandemia del covid-19.

Otorgar el control de la contratación a nuestras legislaturas y al presidente, permite una corrupción desenfrenada en todos los niveles, ya que esos puestos están ocupados por miembros leales al partido en poder, familiares y amigos que corrompen nuestras instituciones y el curso de la justicia.

Cuando salen a la luz escándalos de corrupción, pocos son castigados. Los jueces elegidos por políticos simplemente abandonan el caso o retrasan deliberadamente los juicios para que nunca se enfrenten a la justicia. Un ejemplo sería el clan Pujol que debería estar en prisión y a pesar de años de conocimiento sobre su corrupción y robos millonarios, ninguno ha enfrentado la justicia y aún no hay fecha fija para su juicio ¡Indignante! y esto es solo la superficie, hay más de 1400 políticos imputados y sólo 87 de ellos han ido a prisión y probablemente muchos más necesiten una investigación profunda para revelar más casos de corrupción en nuestras instituciones.

Una parte de la corrupción es debido a cómo esta constitución ha dividido a este país en divisiones territoriales que tienen poco sentido en el siglo XXI. Los diseñadores de esta constitución claramente tenían una comprensión pobre de la división de funciones entre los gobiernos central y local y cómo optimizar la división del territorio y las competencias.

Este país está fragmentado en tantos niveles de divisiones territoriales absolutamente inútiles. ¿Por qué tenemos comunidades autónomas, provincias, municipios y comarcas y otras divisiones recién añadidas? ¿Necesitamos tantos niveles de gobierno para resolver los problemas del pueblo?

La actual partición del territorio ha venido acompañada de una confusa división de competencias donde no hay una respuesta clara sobre quién es responsable de qué y todo empeorado por la división asimétrica de competencias donde algunas regiones reciben privilegios que otras no tienen; esto ha permitido una duplicación de instituciones que derrocha 60.000 a 150.000 millones de euros al año de nuestro dinero que acaba en los bolsillos privados de nuestros políticos y solo da trabajo a sus amigos y familiares.

Para rematar, la constitución mantiene una institución obsoleta: la de la monarquía con una familia real corrupta que abusa de su estatus e inmunidad política. Las funciones limitadas y poderes otorgados a la monarquía como jefatura del Estado, impiden que sea un verdadero freno al poder del ejecutivo y a políticos sin escrúpulos que intentan abusar de los resquicios o secuestrar el sistema para obtener más poder, riqueza e impunidad.

El Rey no ejerce políticamente sin el permiso del ejecutivo, por lo que surge la pregunta de por qué necesitamos un Rey si realmente no puede mantener la integridad del estado y su legitimidad?

Es como si por diseño esta constitución creara un sistema que favorece a unos pocos y perjudica a la mayoría de las personas en este país. No importa si te identificas de izquierda, derecha o centro; da igual que votes PP, PSOE, Vox, Podemos, PNV, ERC o cualquier otro; a menos de que formes parte de la oligarquía, esta constitución crea un sistema que discrimina contra tus necesidades y te roba para proteger los intereses de los oligarcas que son favorecidos por el sistema actual.

Aunque no sea la intención de los padres de la constitución, está claro que nuestras élites políticas no desean cambiar la constitución; algunos pueden hacer algo de ruido para ganar las elecciones, pero pocos realmente quieren hacer cambios porque la constitución actual los favorece, los enriquece, los protege de la ley y les da una cantidad de poder casi ilimitada por lo que debería ser inalcanzable en un estado democrático moderno.

Hemos sufrido bajo esta constitución durante suficiente tiempo como para comenzar a reconocer que en la actualidad, no es un contrato social real de ciudadanos soberanos. La promesa de alejarse de una dictadura franquista está cumplida, ahora debemos exigir un cambio real y debemos exigir un nuevo contrato social diseñado por el pueblo para el pueblo.

No estamos sin voz ni libres de prejuicios. Hacemos evidente nuestra visión de lo que creemos que debería ser España, pero queremos asegurarnos de que el pueblo entienda que hay alternativas, los pros y los contras que ofrece cada una de ellas.

Pedimos a los interesados ​que lean nuestro trabajo recopilado en orden donde hablamos de:

  1. Integración política y división de competencias
  2. División Territorial
  3. Lucha contra la corrupción y el autoritarismo
  4. El problema de los políticos
  5. Izquierda vs Derecha
  6. Nacionalismo
  7. El Sorteo y la Sabiduría del Pueblo
  8. El Sistema Legislativo
  9. Jefe de Estado
  10. Mitos de la Monarquía
  11. Mitos de República
  12. Meritocracia
  13. El Ejecutivo
  14. Justicia
  15. Orden Publico

Desde España Democrática pedimos un referéndum sobre la reforma de la constitución, debemos permitir que las personas decidan directamente el sistema que desean presentando múltiples opciones para elegir en un referéndum público. Ningún artículo debe estar libre del escrutinio o del voto público, ningún representante debe decidir por nosotros.

Sé que muchos han perdido la esperanza pero España puede cambiar y para transformarla debemos correr la voz y alentar al pueblo a levantarse y exigir un cambio real. Debemos crear una España en la que estaremos orgullosos de llamar hogar. Ese cambio empieza con un nuevo contrato social.

Integración Política

¿Cómo podemos crear un estado de partes complementarias con una tensión reducida entre local y central?