El Culto a la Nación: Indoctrinación y Radicalización Nacionalista

20-1-2023

Una manifestación Nazi, en 1937.

El nacionalismo es un culto a la nación que se basa en la creencia en la existencia de una nación inmortal que trasciende la identidad individual. Este concepto, aunque poderoso en su atractivo emocional, puede considerarse nada más que una ilusión creada en nuestras mentes. Se ha utilizado como herramienta para manipular y radicalizar a individuos, lo que ha llevado a la formación de grupos extremistas como ETA, la Falange y Terra Lliure, entre otros, en España. Las consecuencias de tal radicalización han sido trágicas, resultando en la pérdida de miles de vidas y la opresión de millones más.

En España, el grupo nacionalista vasco ETA (Euskadi Ta Askatasuna), que operó durante décadas, sirve como ejemplo de cómo la creencia cuasi-religiosa en una nación inmortal puede impulsar a individuos a cometer actos de violencia y terrorismo. ETA afirmaba representar los intereses del pueblo vasco, pero sus acciones incluían bombardeos, asesinatos y secuestros, causando inmenso sufrimiento y muerte. La radicalización del grupo se basaba en la idea de que estaban sirviendo a una nación superior e inmortal, y que sus acciones violentas estaban justificadas en busca de un supuesto bien mayor y autonomía frente a un enemigo malévolo al que denominaban España.

Del mismo modo, el movimiento nacionalista catalán ha visto emerger elementos radicales. Si bien el deseo de autonomía catalana es legítimo, el nacionalismo y su radicalización han llevado a la violencia y la intimidación. Es esencial reconocer que el culto catalán en última instancia oculta los verdaderos problemas a los que se enfrentan los habitantes de la región. A menudo, la culpa se dirige hacia España o los no catalanes, cuando, de hecho, los problemas fundamentales residen en las instituciones catalanas, su propia burguesía catalana y la élite política que ha fracasado repetidamente en abordar las preocupaciones genuinas de su pueblo. El nacionalismo es simplemente otra herramienta utilizada por políticos sin escrúpulos para desviar la culpa y ganar o mantener el poder.

Si pensaba que el nacionalismo español era el único nacionalismo legítimo, lamento informarle que, al igual que otros cultos nacionales, también se ha utilizado de maneras divisivas y perjudiciales. A lo largo de la historia, el nacionalismo español ha sido utilizado como arma para suprimir identidades y culturas regionales en España y en el extranjero. Esto fue especialmente evidente durante la centralización borbónica y el régimen de Franco, cuando el gobierno español buscaba imponer una identidad española singular y homogeneizada, a menudo a través de la fuerza y la opresión. Las consecuencias de esta forma extrema de nacionalismo español incluyeron la supresión de idiomas y culturas, así como la represión política, lo que llevó al sufrimiento y la muerte de muchos que se atrevieron a disentir.

Es esencial reconocer que el nacionalismo causa daño no solo a grupos externos, sino también a aquellos dentro de la nación que no se ajustan a una identidad prescrita. En este sentido, se vuelve evidente que el culto nacionalista, independientemente de su forma, es una fuerza destructiva que solo conduce a la división, el odio y la violencia.

Los procesos de adoctrinamiento y radicalización en los contextos del nacionalismo vasco, catalán y español comparten similitudes, a pesar de sus diferencias regionales e ideológicas distintas. Comprender estos procesos arroja luz sobre cómo se utiliza el nacionalismo para manipular a individuos y llevarlos a acciones radicales.

Proceso de Indoctrinación:

  1. Reclutamiento: En los tres casos, el reclutamiento a menudo comienza con un sentido de orgullo cultural o histórico ligado a la identidad nacional respectiva. En el nacionalismo vasco y catalán, esto puede incluir un énfasis en el idioma regional, la cultura y la historia única, mientras que el nacionalismo español puede resaltar los logros históricos de España, su antiguo imperio, su pasado estatus de superpotencia mundial y su universalismo percibido.
  2. Soborno Emocional: Una vez que las personas muestran interés en la causa nacionalista, a menudo son abrazadas y elogiadas por su dedicación a preservar o avanzar en su herencia cultural. Este apego emocional fomenta un sentido de pertenencia y no es difícil encontrar tales grupos en cualquier rincón del país.
  3. Aislamiento: A medida que los reclutas se involucran más profundamente, pueden aislarse de aquellos que no comparten sus creencias nacionalistas. Esto se ha visto recientemente en Cataluña, donde la cuestión nacionalista e independentista dividió y enfrentó a familias, amigos contra amigos. Este aislamiento refuerza su compromiso con la causa, ya que interactúan cada vez más solo con individuos de ideas afines.
  4. Indoctrinación: Cada movimiento nacionalista introduce su narrativa única, retratando su causa como justa y trascendente. Para el nacionalismo vasco, gira en torno a la idea de una patria vasca. El nacionalismo catalán enfatiza la autodeterminación, mientras que el nacionalismo español destaca la unidad de España.
  5. Control: A medida que los individuos se comprometen más, a menudo se alinean con líderes u organizaciones que dictan su participación en la causa nacionalista. Pueden asistir a mítines, participar en activismo o manifestaciones según lo prescrito por sus líderes. ¿Cuántas manifestaciones nacionalistas hemos visto? Radicales vascos rindiendo homenaje a terroristas de ETA; catalanes apoyando el movimiento independentista y olvidando o desconfiando abiertamente de los escándalos de corrupción que rodean a muchos de sus propios líderes nacionalistas.
  6. Explotación:En algunos casos, los individuos pueden ser explotados financieramente o emocionalmente por el grupo nacionalista, reforzando su lealtad y compromiso con la causa. Esto se vio con ETA extorsionando a trabajadores vascos amenazándolos con violencia o marginándolos como cualquier mafia. Vemos a nacionalistas catalanes aportando dinero a organizaciones como el Consell de la República, entre otras, que malgastan su dinero sin transparencia.

Proceso de Radicalización:

  1. Identificación de Agravios: Los movimientos nacionalistas a menudo enfatizan agravios o injusticias históricas. El nacionalismo vasco podría destacar la pérdida de autonomía, el nacionalismo catalán podría resaltar la opresión histórica y el nacionalismo español la preservación de una España unificada. Estos agravios sirven como catalizador de la radicalización.
  2. Participación: A medida que los individuos se sumergen más en su ideología nacionalista, se involucran con pares de ideas afines, tanto en línea como fuera de línea. Este compromiso intensifica su sentido de agravio y compromiso.
  3. Validación Social: Dentro de estas comunidades nacionalistas, los individuos encuentran validación social para sus agravios y creencias. Pueden percibir a aquellos fuera del movimiento como adversarios o amenazas para su cultura e identidad. Los radicales catalanes nombran "colonos" a los que no son catalanes étnicamente que piensan y actúan de manera diferente y consideran a los catalanes que defienden o adoptan una identidad española homogénea como "botiflers" y traidores. Los españoles a su vez llaman "catalufos" y "polacos" a los nacionalistas catalanes y, por supuesto, también traidores.
  4. Deshumanización: Los individuos radicalizados pueden deshumanizar a aquellos que perciben como opositores a su causa nacionalista. Esta deshumanización puede llevar a una mayor disposición para justificar acciones agresivas. En esta etapa, los individuos radicalizados pueden no cometer la violencia, pero defenderán a aquellos que lo han hecho. Los radicales catalanes defienden la agresión, tanto física como emocional, contra inmigrantes que hablan en español y no conocen el catalán. Incluso a través del vandalismo, como muchos establecimientos y restaurantes señalados simplemente por no usar el catalán. Incluso los mas radicales que piden la exterminación de todos los "colonos" de Cataluña cuando se independice. Los nacionalistas españoles a menudo se dirigen su odio a grupos de inmigrantes, especialmente personas de color.
  5. Compromiso con la Acción: Los nacionalistas radicalizados pueden pasar de la participación pasiva a la participación activa en protestas, manifestaciones o, en casos extremos, a la violencia. Sus acciones a menudo se perciben como un medio para proteger o avanzar en su identidad nacionalista. En esta etapa, el individuo está completamente radicalizado y podemos verlo con las bombas, los asesinatos, los campos de concentración o exterminio, las peleas físicas y la guerra civil. La Guerra Civil Española comenzó precisamente porque los radicales, no solo nacionalistas, sino de otras ideologías, habían deshumanizado a los demás y estaban comprometidos en asesinar a aquellos que pensaban diferente.

Los procesos de indoctrinación y radicalización en los contextos del nacionalismo vasco, catalán, español y otros nacionalismos comparten etapas similares, impulsadas por la manipulación de la identidad cultural, las injusticias históricas y el deseo de pertenencia. Si bien no todos los individuos involucrados en los movimientos nacionalistas se radicalizan por completo, estos procesos revelan cómo el nacionalismo crea mentalidades radicalizadas, con consecuencias potencialmente destructivas para individuos y sociedades por igual. Reconocer estos patrones es crucial para fomentar un diálogo constructivo y una convivencia pacífica entre diversas culturas e identidades dentro de los estados.

La Paradoja

La paradoja de la situación actual entre el nacionalismo catalán y el nacionalismo español radica en el hecho de que cada uno ha alimentado en ocasiones el crecimiento y la pasión del otro. La búsqueda de la independencia catalana a menudo ha encontrado una fuerte y a veces reaccionaria respuesta de grupos y personas nacionalistas españoles que defienden la unidad de España. A su vez, este aumento del nacionalismo español ha fortalecido aún más la resolución de los nacionalistas catalanes, creando una dinámica cíclica de tensiones en constante aumento. Cuanto más una parte busca sus objetivos, más la otra parte se moviliza para defender su posición, resultando en un ciclo continuo de fervor nacionalista que parece perpetuarse a sí mismo.

Pero lo mismo ocure al reves - en el momento en cuando bajamos las pistolas y el confrontamiento, el otro lado también acaba teniendo que bajar las suyas sin no quieren ser retratados como los malos, los ignorantes, los que no quieren dialogo. Por su puesto que hay limites en esta via, y es bastante dificil cuando tratas con radicales terroristas como ETA, pero mira los resultados. Mira como manifestaciones populares y pacificas destrozaron a ETA no fueron los GAL con los quien acabaron con ETA. Mira como el nacionalismo Catalan también ha perdido su fuerza. Esta paradoja destaca la compleja interacción entre identidades regionales y nacionales y subraya la necesidad de un diálogo constructivo y un compromiso para abordar los problemas subyacentes en el corazón de la cuestión.


*** DISCLAIMER *** En España Democrática, si bien condenamos los cultos a las naciones (los nacionalismos) pero no denunciamos la identificación personal con las naciones. En nuestro equipo nos sentimos españoles y amamos a España en su conjunto, en su diversidad - pero son nuestras identidades personales. No deseamos imponer ningún sentido de identidad a nadie. Las identidades personales deben permanecer personales y no deben utilizarse para oprimir a otros y privarlos de sus derechos humanos básicos. Tampoco equiparamos el nacionalismo con el derecho a la autodeterminación y la autonomía. Uno puede desear perfectamente un nuevo estado independiente por razones perfectamente legítimas sin estar ligado a alguna forma de nacionalismo. A pesar de reconocer la legitimidad de la autodeterminación, no creemos que la creación de nuevas fronteras sea la solución a los problemas complicados que enfrentamos en este país, y creemos que solo traerá ruina a todos. Estamos en el siglo XXI, necesitamos distanciarnos del concepto de nación y formar estados viables que resuelvan los problemas colectivos de nuestros tiempos.